Nada mal

Estoy contento con el debut de la Argentina. Porque los primeros partidos siempre son horribles, porque veníamos mejorando muy de a poco, porque no es un equipo con una identidad clara, porque Messi nunca había jugado tan bien con la celeste y blanca.

Llegamos mucho y podríamos haber hecho tres o cuatro goles contra, es cierto, un equipo pobre, pero que esperaba metido en el fondo.

Estoy con ganas de ponerle onda y no ser un gordo Palacios cualquiera, del medio para arriba somos imparables y en el fondo dudamos un poco, sobre todo Jonás. Pero el equipo me sorprendió para bien, fue paciente, buscó el hueco e intentó meterla entrando tocando y por abajo.

No podemos pedir más.