Justicia por mano ajena

Lo reconozco, durante el partido imaginé a Camoranesi definiendo de volea y mostrando la albiceleste debajo de la azurra. Esas imágenes que te descolocan y te anudan la garganta, y en ese solo gesto tantas cosas se explican y agradecen.

Pero no, Lippi nos reservó otra cosa, una vuelta de Italia a lo que debería ser cada partido: aprovechar la muralla innata para salir a jugar y definir partidos así, con dos cojones, y no como pensamos nosotros que ya lo teníamos cocinado.

Celebremos porque en las instancias decisivas la justicia le sigue ganando al marketing y al palco vip teutón, y Alemania al fin fue puesta en su lugar: un equipo sin ideas cuya gran estrella, Ballack, no tiene mucho más mérito que buscarla siempre y jugar con la cabeza levantada (aunque después no haga mucho más que tirar pases largos), en el que sus dos jugadores con más sentido táctico fueron el 3 (Lahm) y el 8 (Shneider), y con un gran goleador (Klose) que no es mucho más que un oportunista (de los buenos, eso sí). En fín, premio merecido (y tardío) para la peor generación de futbolistas que ha dado la maquinaria germana y para un país que no ha dudado en calificar como la "gran aparición" o "el toque de calidad" a ese espantapájaros Sweinteiger que aún no ha aprendido ni a dejar de tropezarse con la pelota.

Y premio merecido (y tardío también pero por elección) para Italia, que a fin de cuentas tiene jugadores infinitamente más dotados que la pantomima alemana, que tiene al mejor arquero del mundo desde hace rato (Buffon), al mejor defensor del mundo tal vez(Cannavaro) que dirige una zaga muy sólida, con dos laterales más que decentes, que tiene en Gattuso al mejor rompedor de fútbol y de nervios del planeta (y con sentido táctico para salir prolijito), y a uno de los mejores armadores de fluidez (cuando lo dejan y cuando lo acompañan) en Andrea Pirlo, que ha demostrado lo que ya sabíamos de hace rato, que es por escándalo el mejor jugador italiano aunque los cocainómanos (y seguramente chupa medias) creadores de imagen de marca de Nike se sigan empecinando en que ese señor se llama Totti.

Italia, si el domingo te plantás en Berlín igual que hoy, no me molestará tanto que te quedes con la cuarta. Y a usted, Mauro, lo estaré mirando.